Por qué es peligroso usar fuentes gratis Los recursos de descarga gratuita nos hacen felices a todos, para qué negarlo. Pero, por ejemplo, en el caso de las fuentes, podemos ponernos la soga al cuello al usarlas sin cuidado. Hay muchas y geniales tipografías gratis en internet, pero todas están sujetas a algún tipo de licencia más o menos restrictiva, y es con esto con lo que debemos tener mucho cuidado, y más aun en ausencia de ellas. ¿A qué me refiero? Vamos a verlo.

Las trampas de las recopilaciones gratuitas

Ninguna fuente es totalmente “libre” salvo que sea de dominio público ―como es el caso de aquellas con licencia CC0, Creative Commons 0 (te recomiendo darle una mirada a los demás tipos de licencia Creative Commons)―, o que se haya creado específicamente como software libre (como las Open Font License). Incluso las tipografías de pago, con toda la amplitud de uso que brindan, tiene una que otra restricción.

Yo soy fanática de las fuentes gratis, así que cuando encuentro una web en la que me las ofrecen, me lanzo a revisar el catálogo completo para descargarme todas las que me gusten (sí, soy un poco cachivachera hasta con mi recursos digitales). Es por esto que me he topado con multitud de sitios que, quizá con toda la buena intención, presentan colecciones de fuentes gratis con títulos engañosos como “Las mejores fuentes para descarga libre” o “Top de fuentes para uso comercial”. ¿Por qué digo que son engañosos? Muy sencillo, al revisar con detalle la recopilación de las fuentes me encontraba con alguna de estas cosas (¡o todas juntas!):

Fuentes anónimas

Es decir, solo incluyen el archivo de la fuente en sí, pero sin ninguna licencia ni mención al autor ni ninguna indicación de su procedencia. Esto es peligroso pues en cualquier momento podría surgirnos algún conflicto legal por no respetar el copyright.

Fuentes con licencias para uso personal

Entre las condiciones de uso de la fuente se deja claro que pueden usarse libremente solo para proyectos personales, y que, de necesitar utilizarlas con fines comerciales se deberá pagar por ellas. La mayoría de fuentes que nos ofrecen gratis son de esta modalidad.

Fuentes con licencias para uso comercial, pero con atribución

En la que se debe dar el crédito correspondiente al autor de la fuente. Por ejemplo, si se usa para un proyecto digital, con un enlace a la web del autor o de la licencia.

Fuentes que tienen prohibido distribuirse fuera de la web indicada

En la licencia se consigna claramente que no se puede adjuntar la fuente en recopilaciones, ni ofrecerse para descarga ni distribuirse de ninguna manera que no sea a través de un sitio oficial indicado (el del autor o el de la tienda que la comercializa).


¿Tenemos que dejar de usar fuentes gratis?

No necesariamente. Pero, ¿no es malo usarlas? Claro que no. Como dije al inicio, todos amamos los recursos gratuitos (yo sigo descargando cuantos de estos me tope y considere de utilidad) pero podrían entrañar un gran riesgo si no somos cuidadosos, de modo que siempre es bueno seguir algunas pautas para un uso responsable de fuentes y otros recursos gratis.

Después de todo, es probable que muchas de las recopilaciones de fuentes que encontramos en la red las hayan hecho personas con el simple y generoso deseo de compartir los recursos que encuentran, pero cometen el error de no puntualizar que cada fuente tiene una licencia particular, o las incluyen todas en un archivo (zip, rar, etcétera) o un post y las presentan luego como “libres” o de uso “comercial” así sin más, pasando por alto las diversas directrices de uso consignadas en sus respectivas licencias.

En el peor de los casos, se hacen estos “post trampa” con pleno conocimiento solo para captar visitas, así que no te confíes y no pases por alto la revisión de cada recurso gratis que obtengas, pues al fin y al cabo tú asumes toda la responsabilidad de la descarga y el uso que hagas de los mismos.

Espero que este post te haya sido de utilidad. ¡Nos vemos en el siguiente! 🙂.
P. D.: Si tienes algo que apuntar, no dudes en dejar un comentario 😉.